Si hubiera una promesa entre tú y yo, una cita prorrogada, una luz allá a lo lejos con que poder guiarme; si quedase esperanza -aunque fuese una triste diminuta esperanza-; si alguna vez tus labios hubiesen pronunciado la palabra mortal que yo anhelaba, o algo que me sonara arecido, pienso que aún hallaría razón para aguardarte. ¿Y quién sabe si el trueque de la carne no fue, de alguna forma, una promesa?
_ J.Parra _
1 comentario:
¿de verdad crees que merece la pena esperar?
amor
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