ES CAPRICHOSO EL AZAR...

Fue sin querer... Es caprichoso el azar. No te busqué ni me viniste a buscar...

Viaje incierto ( gracias Laura)

Todos juntos en este incierto viaje, hacia un destino común: la última estación.
Una estación desconocida para todos... una incógnita... En este hermoso viaje para algunos y desagradable para otros nuestras vivencias aumentan día a día... Nos hacen más sensibles o nos endurecen día a día. Estación tras estación se suceden diariamente, y pasamos del amor al desamor, de la esperanza a la desesperanza, del apego al abandono, de alegría a la tristeza... O tal vez nuestras estaciones se suceden en orden diferente... pero una tras otra forman parte de nuestras vidas.
Cada estación tiene un mensaje, una enseñanza. Nos encontramos con rostros conocidos en este tren o con otros que nunca vimos antes pero que aparecen por algo en nuestras vidas.
Al iniciar el viaje nuestra valija no nos pesa tanto, pero minuto a minuto se llena de recuerdos, de pasiones, de momentos...
Tratemos de no ser rígidos en el recorrido, tratemos de desviarnos cuando nuestro espíritu así lo quiere, tratemos de descansar cuando el cansancio ya no nos permite disfrutar ni gozar...
La meta final nos espera a todos por igual, está en nosotros disfrutar de este viaje y llevarnos en la valija lo más lindo, lo más profundo, y todo aquello que hace que un simple paseo se convierta en un viaje inolvidable.
El viaje puede ser importante pero el contenido de nuestra valija es el que nos permitirá seguir de pie ante las adversidades, ante los contratiempos.
Por eso no dudemos en guardar en ella los mejores recuerdos, las más hermosas pasiones, los más grandes amores y por sobre todo: los instantes en que fuimos muy pero muy felices... Sólo abriendo esa valija a medida que se acerque la última estación podremos afirmar que valía la pena este viaje.

Reflexión: Graciela Heger.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga mia muy bonita tu pagina,muy elaborada.....aporta muxo leerlo y enrikece.
Con cariño ,no te olvida tu amiga..Muackissssss

Anónimo dijo...

Si pudiera tocar el pulso de tu corazón,

corazón que reposa en los caminos agrestes,

sería un poco más feliz, amigo del alma;

sabrías entonces que no estás solo,

que mi corazón en el tuyo golpea,

cruzando tu cerrada morada, allá entre lienzos,

libros, música y pensamientos dormidos en el aire



Pasos vacilantes,

como las hojas de otoño,

como sangre,

con esa mirada serena que me quema las entrañas;

como ese fuego encendido en la antorcha.



No hables si no quieres amigo,

pero apoya en mi hombro tu cabeza,

no te sientas solo. Quiero ser esa mano amiga

a quien recurras en las negras soledades,

que a veces te ciegan.

Entre el viento y la tempestad

y esas lágrimas prietas.



N o quiero ser ausencia extendida, ni vacía,

quiero estar llena de amistad para ti, amigo.

Quiero compartir tus temores e inquietudes

y esa sonrisa que se escapa de tus labios,

pausadamente, inquieta.



Quiero saborear las virtudes que en ti anidan,

y esas manos que embellecen un lienzo,

junto al mar, testigo de tus días.


"Un árbol enorme crece de un tierno retoño. Un camino de mil pasos comienza en un solo paso."
De los sueÑos
¿Qué dirías si hoy te invitara a mis sueños?
Tus labios de manzana
sobre la piel golosa de mis ingles
toda la noche -di, ¿qué pensarías?-,
tu saliva frutal levemente aromando
el hambriento contorno de mi vientre...
Qué cosecha tan dulce(semillas y caricias y extravíos)
para un mundo sin sol.Dime, ¿no acudirías
si también esta noche te convoco a mis sueños?
De "Alcoba del agua" 2002 (Pepa Parra